Memoria política. 6 III 2006 (2006)

Memoria política. 6 III 2006

Joaquín Miras [*]





6 III 2006 

Creo que el PP gana. Los resultados de las encuestas son cada vez más favorables al PP. Y el propio Zapatero ha tenido que recurrir a su partido, con el que no creo que pueda contar mucho, frente a la movilización de la derecha, con el episcopado a la cabeza.

La actual situación surge tras el desplome de los países del este. La derecha precapitalista decide saldar el estatu quo interno. Deja de ser una derecha electoral y avanza hacia la organización partitocrática y la capacidad de movilización. Prescinde de la búsqueda de “centro” y se constituye como polo organizador de la derecha para imponer su nuevo proyecto. Lanza campañas de derechización en lo cultural y de desregulación en lo económico y va a la liquidación del estado de derecho –mínimo- llamado estado de bienestar. Desarrolla una política exterior feroz, etc. La derecha española, recordémoslo, no  “se sube al carro”: es definidora y creadora de esa nueva situación. En momentos delicados, en que la democracia cristiana europea se desmorona al caer el “centro” italiano, Aznar, a través de su futuro yerno Haggard, secretario del partido popular europeo, contribuye a recomponer el encuadre general. Luego, Perejil, y su alineamiento con los EEUU, pero todo eso es conforme a la propia elaboración. La nueva situación desmantela la fachada –no quedaba ya nada más- de la socieldemocracia europea; botón de muestra: Alemania. Política sin vuelta atrás, de desmonte del estado y de los derechos sociales, salida del partido de Fontaine, un coherente –y ambicioso- socialdemócrata clásico, que se une con el PSD alemán de Guisi: terror en la clase política: a la hora de aplicar la política de desmantelamiento social, se recurre al gobierno de gran coalición; Gramsci escribe que esos gobiernos de concentración son otra forma de revolución pasiva: es decir, de empleo del poder desde el “zemtrum estatal” para recomponer la deslegitimación en la que se cae, corromper y reprimir, cooptar y aislar al enemigo y ceder ante los que se pueda, para desmovilizar. 

Esa es la situación que explica al PP y la que explica la falta de proyecto del PSOE, los varios proyectos que había dentro, y la sensibilidad de los jóvenes leones, que sabían que había que cambiar, si bien no hacia donde: clase política que debía encontrar nuevas salidas: el ambicioso y lioso joven Zapatero, que llega a la secretaría general mediante complejas alianzas –el “tocho” de Madrid, los diferentes sectores del sociovergismopsc, etc.

El PP hizo un buen diagnóstico, que mantiene: un gobierno débil. Un gobierno débil porque la situación a la que llega el gobierno es de suma labilidad, con la derecha mundial a la ofensiva, reorganizándose socialmente desde la base –militancia- y como consecuencia del craso error de la guerra de Irak. Un gobierno que se apoya en 1.5 millones de votos de la izquierda abstencionista que afloran y tiene en contra base social del propio PSOE –lols capitalistas de El País p.e.-.

Pero el problema es que los que podrían haberlo fortalecido, hicieron la misma lectura: es un gobierno débil: el PSC, que destruye los acuerdos de Santillana, los nacionalistas catalanes y los nacionalistas vascos, y ETA: un gobierno débil: una situación a aprovechar. Una monstruosa miopía política que podemos pagar todos juntos. Porque el gobierno es débil, sí, pero el Estado no es el gobierno, y el estado español es muy fuerte, y eso sí lo sabe el PP, además, el estado no es la administración, sino sociedad política más sociedad civil, y a eso juega el PP, que sí lo sabe: hace evolucionar a masas sociales, las moviliza.

Zapatero ha tratado de aprovechar la situación al percatarse del cambio social, de la inflexión que nace, también de la movilización de masas por la izquierda en todo el mundo –movilización anti guerra- y en España, para situarse ante la nueva situación: el fin de la reforma pactada por la transición política. Trató de soltar lastre, separase del poder de la iglesia, etc. También la derecha se había movido ya, previamente, en una nueva fase política, que implicaba reconocer una nueva situación internacional y el fin de la reforma pactada: tras la caída de la URSS y la nueva política de la derecha, ellos apuestan por esa situación: no centro derecha: sino derecha. Movilización de masas y ruptura del marco político, nacional –País vasco- etc., e internacional: Perejil, Irak.

Pienso votar a Zapatero, pero veo oscuro el asunto de su triunfo.



[*] Nota personal de Joaquín Miras

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