Nos quieren llevar al huerto (1984)

 Nos quieren llevar al huerto

Joaquín Miras



Los debates ideológicos que los comunistas sostenemos contra el capitalismo se caracterizan, en cuanto a los medios utilizados, por una desigualdad evidente. La burguesía controla y utiliza todos los grandes medios de comunicación de masas y los comunistas, en cambio, sólo contamos con la capacidad de discutir y polemizar a través de nosotros mismos, de los militantes, allí donde nos hallamos: lugar de trabajo, grupo de amigos, etc. y esta capacidad agitatoria debe ser bien utilizada para transmitir nuestras ideas. Es por ello que hemos de tener unos conocimientos, aunque sean básicos, de todos aquellos temas importantes, para así poder desenmascarar políticamente todas las mentiras que día tras día vierte la burguesía para crear estados de opinión favorables a sus intereses. Uno de estos temas, por la gran repercusión que va a tener entre la clase trabajadora es el del Mercado Común.

Las mentiras

Cuando los medios de comunicación burgueses y el no menos burgués gobierno que nos aqueja, tratan sobre la entrada de España en el Mercado Común, intentan convencer a los trabajadores sobre la bondad del proyecto y lo presentan como la solución para los grandes males que todos sufrimos. Se arguye directamente -o se sugiere veladamente según los casos- que la economía española pasará a contar con un mercado inmenso, de 270 millones de consumidores, para nuestros productos, lo cual hará que se creen nuevos puestos de trabajo y que entre esos puestos de trabajo más las posibilidades de "libre circulación" de trabajadores dentro del MC -lo que llamábamos "emigrar" cuando hablábamos para ser entendidos- desaparecerá el paro en nuestro país. También se dice que los salarios subirán al equipararnos con los trabajadores del Mercado Común, que los servicios y prestaciones estatales crecerán con el apoyo de los organismos intercomunitarios y que todo redundará en un mayor nivel de vida. Es decir, que todos podremos tener a precio irrisorio uno, cuando no dos, "Mercedes" y que entonces pasaremos ya a ser "personas", es decir a ser europeos de derecho.

La verdad

Pero... según el "Informe Boyles", presentado al Parlamento Europeo el 16 de mayo de 1983 (véase El País, 4-5-83), los países del MC contaban a comienzos de 1983 con 14 millones de trabajadores en paro y a estos datos, totalmente oficiales, hay que añadir los que dieron durante su estancia en Barcelona los militantes del Partido Comunista Griego, camaradas Kiriacis y Adamos -responsable del Ejecutivo para Asuntos Europeos y diputado en el Parlamento respectivamente-. Estos camaradas expusieron que a lo largo del presente año, el paro en los países del Mercado Común llegará ya a los 20 millones de trabajadores.

Según el mismo informe del llamado Parlamento europeo -que en realidad solo incluye a ocho países capitalistas, es decir, no a todos- a principios de 1983 existían en el ámbito del MC 30 millones de pobres, entendiendo por tales a aquellas personas que carecen del mínimo necesario para vivir. Los camaradas griegos afirmaron sin embargo, que el número de pobres alcanzaba la cifra alrededor de los 60 millones -sobre una población de 270-, si se tenía en cuenta el número de parados existente y también sus respectivas familias, así también como los jubilados con unas pensiones de miseria, cosa esta que también se da en los países "ricos" de Europa.

También en la Europa rica se reducen los salarios

En los países del MC los salarios de los trabajadores están siendo reducidos de forma tan drástica como en España -último caso, la liquidación de la escala móvil en Italia, hecho realizado, por cierto, por los socialistas- y se recortan las prestaciones que los distintos estados proporcionaban a sus ciudadanos; lo que conlleva una degradación de la seguridad social, la enseñanza, etc., al recortarse los presupuestos económicos.

A estos índices de miseria económica, hay que añadir la depauperación moral, cultural y personal que el capitalismo inflige a millones de jóvenes los cuales, al igual que sucede en nuestro país, aun en el caso de poder ser mantenidos por su familia no pueden plantearse la realización de un proyecto de vida y de futuro propios por carecer de trabajo, y son invadidos por el desaliento, ven ajena y extraña una sociedad con la que sienten que nada tienen que ver y en la cual no tienen cabida y caen en la automarginación y la autodestrucción.

Ante todo esto ¿cómo se puede creer, conociendo estas realidades, que la entrada en el MC aportará algo bueno para los trabajadores españoles? Contra las fabulaciones y mentiras que la burguesía hace circular respecto al mismo, contra el secreto con el que se cubre la realidad, no hay mejores argumentos que aquellos que, sencillamente, desvelan qué es el MC. Démoslos a conocer.



Texto aparecido en el núm. 86 del periódico Avant, pág. 2. 12 de abril de 1984. El artículo se encuentra disponible online en el arxiu Josep Serradell.

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