El Evangelio según M. V. M. [Manuel Vázquez Montalbán] (1984)

 El Evangelio según M. V. M. [Manuel Vázquez Montalbán]

Joaquín Miras


El domingo 6 de mayo, el periódico El País publicaba un extenso artículo del Sr. Vázquez Montalbán. El referido artículo que, desde luego, contenía buen número de concretas verdades, poseía sin embargo, un eje argumental que se basaba en la realización de uno de esos ejercicios de elegancia intelectual consistentes en articular pares de conceptos que se opongan entre sí, de manera que cada uno de ellos demuestre el "error" del otro, y permitan descalificar lo que previamente se deseaba descalificar desde esa virtud que se adjudica quien se coloca en el "justo medio". Tal forma de argumentar posee, además la ventaja suplementaria de que no obliga a explicitar, si no se desea, cuál es el molino al que se pretende llevar el agua; pero resulta obvio que quien exclama "no es esto" sabe muy bien que lo que desea es "aquello".

En el caso comentado, el truco consistía en forcejear con determinados hechos históricos hasta lograr conformarlos al esquema antes citado, y explicar que el "bloqueo" de la internacional socialista, al igual que el de la Tercera Internacional se debe a su mutuo enfrentamiento desde el principio, desde la lucha entre espartaquistas y socialdemócratas -pensaba yo que aquello no había sido sino que la dirección socialdemócrata que ya había descubierto que "el capitalismo es el sistema económico menos malo" solicitó a los "guardias" su colaboración para que asesinaran a los dirigentes comunistas-. El mismo procedimiento emplea a continuación, el Sr. Vázquez M. para referirse a las dos fracciones en las que se ha escindido actualmente el movimiento comunista: los euros y los comunistas.

Si intentamos rastrear algún indicio que muestre en positivo cual es el marco ideológico del que el Sr. Vázquez M. parte, encontraremos algún elemento interesante. En un paso del texto, en el que el articulista critica a los partidos comunistas de Occidente por su electoralismo, hace una excepción del p. c. italiano, cosa sorprendente, pues no se puede decir que la política del PCI, por lo menos desde 1973, haya sido precisamente de movilización de masas, y que la dirección del partido no haya manejado el espantajo del temor al fascismo para endosar a la militancia una estrategia electoralista y desmoralizadora -el ya enterrado "compromiso histórico", antes, con sus diversas "lecturas", desde la amendoliana a la no menos reformista de Ingras; ahora, la teorización de la unidad electoral de la izquierda, etc.

De otro lado también llama la atención que no haga extensivo el elogio al PC portugués, que no sólo demuestra saber "mantener un patrimonio" de lucha "difícilmente dilapidable", sino que impulsa un proceso de movilización de masas cada vez más caudaloso y está imponiendo en Portugal una situación social y política francamente esperanzadora. La falta de mención del único p.c. de Europa que protagoniza una ofensiva generalizada ¿se deberá a que Cunhal es un "afgano", o sólo a que el partido es prosoviético? Tampoco menciona al partido griego, cuyo actual arraigo de masas y las esperanzas que despierta en las mismas no son desdeñables, ¿por qué? otra frase que puede orientarnos es aquella con la que reproduce una vaguedad que en los últimos años habíamos oído repetir hasta el empalago: la de la imposibilidad del asalto al palacio de invierno. La frasecilla posee multitud de niveles de comprensión, todos los cuales van más allá de su sentido literal, como se manifiesta en cuanto reflexionamos sobre éste; evidentemente, el sentido literal, por su propia obviedad y estupidez, es el único desechable a priori: el palacio de invierno no podrá ser asaltado por los comunistas porque no hay palacio de invierno en cada estado, sino sólo en Rusia, y ése ya lo tomamos. La críptica frase posee la intención de ridiculizar cualquier análisis teórico que considere s) que el estado posee un aparato con carácter de clase definido, no neutral, b) que debe hacérsele saltar previamente para conseguir el éxito revolucionario, y que eso no se logra mediante las urnas. Ahora bien, por si alguien cree que sacamos excesiva punta a la frase citada por el Sr. Vázquez M., zanjaremos el asunto fraguando otra no menos críptica de nuestra cosecha: reconoceremos como imposible el asalto al palacio de invierno cuando la burguesía internacional considere como imposible asaltar el palacio de la Moneda. Ellos sí que tienen claro que la guerra de posiciones tiene como finalidad última el asalto al "estado mayor".

A partir de esto se puede conjeturar que las críticas a los partidos de izquierda no se hacen en balde, sino desde una clara idea previa y probablemente, con alguna finalidad "mundana" determinada; alguna nueva tercera vía o colage político -¿creado, reunificado, reajuntado, neutro ambiguo...?-. Esto explica el particular análisis que hace de lo que él califica actual escisión comunista, cuando se refiere a ella cataloga a los unos de posibilistas liberales y a los otros -nosotros- de intentar recuperar sus esencias asumiendo el modelo soviético.

Lo primero a aclarar es qué cosa pueden ser esas esencias, subrayadas con tanta sorna en el texto de Vázquez Montalbán. Las esencias mencionadas, que el articulista reconoce que se habían perdido, no son otra cosa que la recuperación del sentido de lucha, del por qué de nuestro esfuerzo, de lo que pretendeos conseguir y de aquello de lo que no estamos dispuestos a claudicar, es decir, los valores morales ilustrados que confirman la ética comunista: la sociedad de la igualdad.

La conclusión a extraer de todo esto es: que el señor Vázquez Montalbán sufra por la suerte de la izquierda precisamente ahora, cuando, según todos los diagnósticos, el PSUC es técnicamente un cadáver, y no en aquel momento en que la militancia comunista del partido, harta de ser el idiota orgánico al servicio de la dirección, decidió tomar la suerte en sus manos, no deja de ser bastante cómico y no otorga, precisamente, a sus opiniones especial credibilidad. Por lo demás, siga el señor Vázquez Montalbán arbitrando remedios para la salvación de la izquierda desde las páginas de El País, que ya nos encargaremos los militantes del PCC y el PC, mediante nuestra cotidiana militancia en las organizaciones de masas, de articular la respuesta revolucionaria que nuestra sociedad necesita.

PD: Añado estas líneas tras haber leído un artículo de Rafael Ribó en El País. El artículo me ha abierto los ojos y aclara bastante el sentido de lo escrito por Vázquez Montalbán. Como el eurocomunismo no ha resultado una oferta electoral que haya vendido bien, se trata de que todos volvamos a meternos en la misma cama: los que bregamos y los que saben de márketing, so pena de que estos últimos pierdan, no ya las soñadas poltronas ministeriales, sino las humildes butacas edilicias, e, incluso, los sueldos de liberados; así pues: congreso de unificación. Qué impavidez poseen algunos y cuánta gramática parda saben. Por lo demás ¡sólo en eso estábamos pensando!



Texto aparecido en el núm. 93 del periódico Avant, pág. 2, 31 de mayo de 1984. El artículo se encuentra disponible online en el arxiu Josep Serradell.

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